Había escuchado por unos amigos que Duncan había puesto una
especie un local allí en Matucana. Servía la misma cerveza artesanal que
elaboraba en el patio de su casa y había contratado a un Maestro Sanguchero que
preparaba Lomitos, Churrascos, Completos y Hamburguesas. Duncan, que no tenía
idea de finanzas, tuvo suerte por un tiempo hasta que las ventas empezaron a
bajar. Duncan no se alarmo, acostumbrado como estaba a vivir al hilo. El
Maestro Sanguchero por otra parte solo siguió con el local porque Duncan lo
convirtió en socio para que se quedara. Bajo la nueva administración las cosas
empezaron a mejorar, lo cual fue sorprendente porque además del cambio de mando
nada más se había hecho por el local.
A Duncan me lo
encontré en la librería, no me reconoció inmediatamente (ni yo a él)
pero eventualmente quedamos en vernos. Fui al local un sábado a eso de las 4:00,
el lugar era más espacioso de lo que había imaginado (pero de ninguna manera
grande) con un piso de madera inusualmente limpio con mesas y sillas
elegantemente sobrias, una barra como de western junto a una “cocina” con la plancha para la carne y
un recipiente para cocer longanizas.
Allí estaba el Maestro Sanguchero de blanco que no notó mí entrada (o quizás sí
y por eso mismo no le importó) y fue
Rodrigo quién fue a saludarme. No había
mucha actividad cuando Rodrigo me invitó a sentarme en la barra. El delantal
que llevaba más parecía de carnicero que de cantina, allí detrás del mesón parecía más alto y más
viejo, con su cara recién rasurada limpiaba un vaso (más por calzar con el
romanticismo del oficio pues el vaso estaba limpio).
-Tanto tiempo...- comencé a decir.
-No tanto- me interrumpió- hace menos de un mes que pase por
la librería
-Y hace un mes que quedé en venir, perdón
-Nah, por lo menos viniste- Entraron un par de clientes,
demasiado bien vestidos para ese local, Duncan se encogió de hombros, dejó el vaso en su lugar y fue a atenderlos. El
Maestro Sanguchero se le adelanto diciendo algo como “estos los conozco” o algo
así. Duncan le dio las gracias y se volvió a la barra.- Es buena onda el Beto,
igual tienes suerte, de repente se llena. De repente tengo a una chica de
mesera, pero hoy no viene.
-Tienes harta pega entonces, significa que te va bien
-Todo lo bien que puede ir –sonríe, pero no de verdad- me
gasté todo en el local, si no fuera por
el Beto estaría quebrado. –El Beto estaba ahora en la cocina, a pesar de lo que
dijera Duncan el aire marcial del maestro sanguchero me inquietaba- Nuestros papás eran compañeros en
el servicio militar.
-Ah sí…- dije yo- eso fue antes de…
-Si, obviamente – el tono que uso Duncan me hizo saber que
la cosa quedaba zanjada allí.- pero su papá sigue weando, si le anduviéramos
haciendo caso tendríamos un cuadro de Pinocho en la entrada. El viejo debe
tener casi setenta años así que nadie le hace caso.
-Oye, y, ehm… ¿y el
Beto este..?
-Nah, no ando preguntando weas, cada quién con su rollo.
-¿Te gustó el libro?- cambié el tema rápidamente
-No lo he terminado- Por como lo dijo supe que mentía, sentí
lo que no debe sentir nunca un vendedor de libros (o un vendedor a secas),
arrepentimiento.
-Bueno, si no te gusta lo puedes cambiar. O sea, quizás,
igual es un libro latero. Tiene 600 páginas pero la mitad es filler y no pasa
nada.
-No pero el tipo escribe bonito. Las descripciones son
hermosas.- Tomo nuevamente un vaso limpio y retomo su ritual de cantinero
heroico
-En verdad no pensé mucho cuando te lo recomendé.
-No, entiendo. Es un buen libro- estaba haciendo rechinar el
vaso- quedo la cagada con lo de Europa después de Hitler. Como la gente no
queda con cargo de conciencia porque les echan la culpa a los otros.
Los que quedan con cargo de conciencia se matan por
supuesto. Pero no le dije eso a Duncan. Hablamos de nada. Y luego me fui cuando
empezó a llegar mucha gente. Dudo que
vuelva a ver a Duncan en la librería, es mala suerte perder un cliente. Tiempo
después supe que había perdido su negoció por un problema legal. El Maestro
Sanguchero se hizo con el local y lo convirtió en una especie de McDonals. Me
parece gracioso, pobre Duncan, si este país pertenece a la comida rápida, da lo
mismo si Big Mac o Churrasco Italiano.
prefacio de la novela:
Pero de mi Padre
fui yo separado
Y cuanto más lo
buscaba, más perdía yo su huella
Solo la piel de un
lobo encontré en el bosque
Al padre no lo
encontré
Hay libros que no se pueden recomendar. Sea por el contenido
o por el estilo. No puedes recomendar a Sade a una adolescente que se cree muy
agrandada por haber leído 50 Sombras de
Grey ni tampoco puedes recomendar a Proust a un tipo cualquiera, porque se
va a aburrir. Hay libros que no son para entretenerse, libros para pensar, para
apasionarse, para investigar, etc. Pero no libros “entretenidos”. Son libros
“hermosos”, bellos a su manera, y que finalmente entretienen a quienes los
aprecian. Hay gente que se aburre leyendo a los clásicos y hay gente que llora
con cada palabra. Son snobs y elitistas aquellos que fingen conmoverse con los
clásicos, además son incapaces de ver el arte en los mejores cómics de super
héroes o en las películas de Ciencia Ficción. Y son populistas los que hacen lo contrario, quienes desdeñan
a los autores y a los géneros que no venden ni son populares.
Es difícil empezar una reseña de La Piel del Lobo porque es un libro que me voló la cabeza pero que
se me hizo muy difícil de leer. Y no porque no fuera entretenido, ojo, sino
porque es un libro que exige una lectura atenta. Tarda por lo menos 50 páginas
en engancharte, y yo generalmente leo en la hora de colación que me dan en el
trabajo. Cada vez que empezaba a leer y el libro me enganchaba, tenía que
volver a trabajar. Pero escúchenme cuando digo que quién tenga paciencia
enganchara enseguida.
Demos un poco de contexto, el autor Hans Lebert nació en
Austria estudio música y trabajo de 1943 a 1950 como cantante de ópera en obras
de Wagner. Para la segunda guerra mundial los alemanes tenían control de
Austria y llamaron a los jóvenes austriacos a la batalla. Lebert recibió la
carta con la orden para el enrolamiento, sin abrirla siquiera la puso en un sobre más grande y la devolvió al
remitente. El tipo le hizo un “fuck you” a los Nazis pero no se quedó allí. Los
Nazis le hicieron un juicio ante el cual hizo lo mismo que Odiseo y se fingió
loco (si piensan que fue acto de cobardía recuerden que los Nazis eran dados a
exterminar enfermos mentales, para que no “enlodaran” la raza).
se puso a arar, usando sal en lugar de semillas
y un asno en lugar de bueyes (cosa que no le hizo gracia al asno) .
Para probar que estaba
cuerdo colocan a su hijo recién nacido
justo delante del arado. Odiseo para al asno antes de atropellar a su
hijo
A los Nazis no les importo mucho, un flacucho menos daba lo mismo… pero Lebert,
que no era ningún mamón, se unió a la guerrilla anti-alemana. Si eso todavía no les llama la atención
entonces sepan que algunas fuentes dicen que fue nieto del último emperador
Austriaco (Franz Joseph) puesto que su abuela habría tenido relaciones con
este. Su padre murió cuando Hans tenía diez años y su madre lo instruyo en
Arte, Literatura y Música. Con diez años ya hacia sus primeros oleos. A los 15
entro a la academia del mayor artista austriaco del momento (Albert ParisGütersloh). Entre los 16 y 17 empieza a escribir Poemas y Obras Teatrales,
además de Narrativa. A los 16 también hace su debut como Tenor profesional y a los 24 era un rockstar de la
Opera Wagneriana (Simpsons Clip). Lamentablemente luego de la guerra se produjo un cambió de moda en la voz que
quería escuchar el público, además ya nadie se sentía atraído por Wagner (¿Por
qué? ¿Les recordaba su pasado como
germanofilos?)
Oh lo siento ¿No te
gusta mi voz?
Puede que se me
haya arruinado…
¡mientras mataba
nazis con mis manos durante el invierno ruso!
Trata de conseguir éxito en las letras, su más grande novela
La Piel del Lobo es una obra maestra,
una mezcla de Confesiones de un Payaso de
Henrich Böll (la hipocresía de un pueblo luego del genocidio alemán) y La Muerte y la Doncella de Ariel Dorfman
(el cinismo de los torturadores luego de la dictadura chilena). Es una de las
pocas obras “Anti-Patria” que se han escrito. Esto por supuesto siempre cae
mal, el Patriotismo es una religión fundamentalista, solo vean el mundial de
fútbol (y especialmente luego del comportamiento argentino). En la novela el protagonista dice que ama “a la tierra”
(literalmente, a la tierra donde está
parado, donde crece el pasto) pero odia a los hombres que la habitan.
Su segunda novela (El
Circulo de Fuego en 1973) es aún más
dura, no habla del silencio y la hipocresía de la posguerra en Austria sino en
el pasado Nazi que afecto a Europa e Inglaterra (donde los Nazis tenían más
apoyo del que se cree). Los críticos
no hablan de ella, los lectores no la compran. Hans Lebert es un
escritor que causa incomodidad y sobre
él se construye el más absoluto silencio.
Ereberg.
Pues si que parece
un jabalí
Por tutatis!
La novela sucede en Schweigen, que significa “Silencio” en
austriaco. En este pueblo se produce una muerte sobre la cual no hay
explicaciones, luego hay un asesinato por el cual se ajusticia (condena a
muerte) a un hombre inocente. También hay un fotógrafo que desde el
comienzo sabemos está destinado a morir. El pueblo está repleto de ladrones,
exnazis, policías corruptos y otra gente despreciable (hay un negociante
ganadero que se llama Ukrutnik, “cretino” en húngaro). Y el único que puede
resolverlo todo es un ex-marinero llamado Unfreund (como en “unfriendly”, vaya
que no es sutil Lebert) que no quiere investigar ni hacer de detective. Todo esto en 600 páginas, podría haberse
resuelto en la mitad ¿Pero que clase de novela sería si no hubieran
descripciones sobre el viento como él cochero de las nubes, el mar lejano que
lo engulle todo, un sueño donde a un pequeño sombrero le crecen patas y cruza
el bosque, referencias a la licantropía (solo un párrafo, no se entusiasmen bastardos
fanáticos de Crepusculo) y a una
“canción azul” que puede salvar el alma de un pobre marino? A eso me refiero
con que es lenta, se demora en enganchar, pero si se tiene paciencia se abren
las puertas a un reino terrible y hermoso.
La estructura es compleja, el narrador es un individuo (pero
siempre habla de “nosotros”) que recuenta lo que pasó en el pueblo de
Schweigen. Cuando debe de hacer de narrador omniciente dice “especulemos ahora
que pensó él”, siempre escondiéndose en la tercera persona pero además llamando
la atención del público como un único maestro de ceremonias (o como un Sherlock
Holmes que nos relata la historia del crimen). Cumple con los requisitos de una
novela policial, hay un asesinato (de hecho la suma de los muertos pasa de uno,
a dos luego a 8 y al final a 9) y hay un detective (el marinero Unfreund que se
niega a investigar y cuando lo hace se demora 20 paginas en resolver los
crímenes).
Unfreud frente a
Habitch not really
Schweigen es como
Gotham
Solo que menos
edificios y más vacas
Oh god! The Cows!
¿Lo ven?
You cant handle the Cows!
Todo comienza con la misteriosa muerte de Hans Holler. Las
autoridades se conforman con decir que fue un ataque cardiaco. El Marinero
Unfreund lleva ya un tiempo vivendo en la casa donde se ha suicidado su padre
haciendo vasijas de greda, no quiere saber nada con la escoria del pueblo. Karl
Maletta lleva menos tiempo en el pueblo, atormentado por haber participado en
el lado alemán sabe que el país está envenenado hasta la medula, los habitantes
son bestias despreciables. Un viejo del pueblo vive atormentado por unos
crímenes de guerra que y nadie recuerda. Unfreud escucha de este viejo que su
padre se suicidó por lo que paso durante la guerra, el marinero se perturba.
Unfreud descubre a dos hombres planeando un asesinato, pero no hace nada. Tampoco
tiene valor para preguntar que paso en la guerra. El viejo aparece muerto. Se
le echa la culpa a un presidiario que había escapado de la carce, Unfreud sabe
que no es cierto y tiene pruebas…. Pero el mundo le importa un carajo y no hace
nada. Karl Maletta vive en una pension junto con la joven profesora Jakobi que
no tiene vergüenza de su pasado como miembro de las juventudes nazis, lidia a
diario con los habitantes del pueblo; Ukrutnik (un rico mercader de ganado) y
Herta (la hija del carnicero y amante de Ukrutnik). Maletta se interesa en la
relación de ambos, les juega una “broma” y le hace creer a Ukrutnik que Herta
le ha sido infiel. Maletta cava su propia tumba, atraído a esta gentuza por su propio asco. Maletta es humillado por Ukrutnik y Herta mientras Unfreund decide que es hora de hacer preguntas (una sola en realidad).
La obra sigue una composición musical wageriana, “la citainicial apunta en primer término a la búsqueda del padre, de cuya ausencia es metáforala piel de lobo, y que en la Walküre está íntimamente relacionada con labúsqueda de lo divino y la teodicea, ya que Wotan, padre y rey de todos losdioses en la mitología nórdica, se esconde detrás de una máscara de lobo”.
Wotan también se hace acompañar de dos lobos (Ansiedad y Glotonería) y dos
cuervos (pensamiento y memoria). El Marinero va en busca de su
padre (como Siegmund en Die Walkure) y de la razón de su suicidio. Lebert hace su último ataque mordaz al
nazismo, los Nazis se cagaron encima de Wagner enlodando su legado, Hans Lebert
lo usa para escupirles en la cara. Y sin embargo el drama de La Piel de Lobo no es político, es humano,
es ético, es espiritual en su sentido más profundo.
Wagner...
Oh Dios mío, Wagner...
Recuerdo haber visto Lohengrim
cuando niño, fue increíble.
Unfreund busca una canción que el describe como “la canción
azul”. La oyó mientras era marino y luego la olvido. De esa canción solo
recuerda que al escucharla supo que la vida tenía sentido. Muchas veces durante
la novela esta “a punto” de recordar la melodía, pero esta se desvanece. Por
supueso La Piel del Lobo “participa
también de algunos elementos propios de la novela de misterio, un término
genérico que abarca distintos subgéneros, como la novela policíaca, la novela
negra y el relato romántico de intriga, derivado de la novela gótica. Todos
estos tipos de ficción parten de un crimen, por lo general un asesinato, cuya
solución no se descubre hasta el final.” Hay incluso guiños a sucesos “sobrenaturales”
que pueden ser tomados como “mera coincidencia” ¿Fue el viento lo que encabrito
a los caballos o algo más siniestro? ¿Fue la muerte de Hans Holler producto de
su propio corazón u obra de una justicia sobrenatural? Otro elemento es clave,
tal como Wagner fue distorcionado por los Nazis también la Novela Policial fue
proscrita y apartado de las librerías. El detective es una figura heroica que
busca echar luces sobre los crímenes, lucha por la verdad y la justicia.
Unfreund antes de volverse detective tiene que aprender a escuchar, salir del
silencio (shweigen) que le da nombre al pueblo.
Porque ya vivimos
en democracia
El pasado queda en
el pasado
No hay lobos en
nuestras filas
Hoy no dimensionamos el pasado. El hecho de que en America
Latina se vivieron dictaduras que, fuera de cualquier discusión política,
atentaban contra la ética. Es verdad que
la línea de la moral nunca está bien definida, nada es blanco y negro, pero llega un
momento en que trazamos límites para no volvernos bestias. Hay muchas posibilidades
de que nuestros padres y profesores hayan apoyado a un dictador y hoy lo callen…
o que lo sigan apoyando negándose a reconocer los hechos. En Europa es eso x1000.
El libro Tu Llevas mi Nombre trata
sobre los hijos de los nazis, aquellos Görinh, Himmler, Rüdiger, Bormann, etc. Algunos
defienden a sus progenitores mientras otros todavía tienen pesadillas. Y eso es
algo que paso hace 75 años. La novela de Lebert es todavía vigente y más aún en
Latinoamerica.
El caso de Austria es horroroso. Por supuesto que la culpade todo la tenían los alemanes, Austria desarrollo una imagen en que se veían así mismos como “victimas” de Hitler y no como su mayor aliado. Austria tambiénparticipo de un doble discurso, puertas adentro se reconocía haber participadoen el Nacional Socialismo y se rehabilitaba a quienes habían participado delholocausto. No fue sino hasta 1993 que el canciller austriaco Franz
Vranitzky asumió la responsabilidad colectiva
de su país en el holocausto.
En su discurso de aceptación del Nobel titulado “Las culpasno pueden expiarse”, la austriaca Elfriede Jelinek declaro que Austria (país de
“amnésicos serenos”) no se merecía a Hans Lebert. Es más, Austria solo merece
el desprecio y el odio. Pero seamos honestos ¿Qué país no merece el desprecio y
el odio? A Israel le sudan las manos de sangre palestina, USA se llenó los
bolsillos con el Pacífico y el Caribe en el sXIX, y si Latinoamerica ha sufrido
dictaduras no es por otra cosa que porque aquí hay suficiente prejuicio para
armar docenas de mezquinas dictaduras (incluso en eso somos tercermundistas,
jamás tuvimos un Mussolini o un Stalin).
Elfriede Jelinek
No he leído nada de
ella
Pero si tiene un
par de ovarios
la mitad de grandes
que los huevos de Lebert
entonces habrá que echarle
un ojo
En una escena se reúnen todos los habitantes del pueblo en
el bar Traube, los más viejos no paran de decir “pase lo que pase seguiremos
siendo los mismos”. Luego de las dictaduras la gente se escuda en esas
palabras, “eran otros tiempos” se dice. Cuando Maletta enfrenta a la profesora
Jakobi esta le dice lo orgullosa que se sentía de participar en el movimiento
del Führer, igualmente Unfreund interpela al pueblo “¡¿O sea que no crees que
lo que hiciste estuvo mal?!”. No, no hay signo de arrepentimiento. En otra ocasión
Maletta recuerda angustiado que eran docenas de soldados dirigidos por un solo capitán,
y nadie se revelo a pesar de que sabían lo que estaban haciendo ¿Puede un solo capitán
forzar a cientos? ¿Si tiene tanta fuerza entonces porque necesita un escuadrón?,
la respuesta más humana hubiera sido apuntar hacia el bando propio, un solo
tiro y adiós.
No puedo analizar esta obra, necesitaría más tiempo del que tengo y además un estudio riguroso. Yo solo quiero que si alguien lee
esta entrada le entren ganas de leer la novela. Si realmente quieren un análisis
profundo aquí hay uno (de la pg 328 a la 338, es interesante no se desanimen
son diez paginas malditos peresosos) y aquí otro, realmente un trabajo de psicología sobre la conciencia colectiva, pero es muy interesante para quién
sepa inglés.
Una maravilla, recomendado para quién tenga mucho tiempo para leer, preferentemente junto al fuego en un día de invierno con un café caliente. Abstengase quién quiera disfrutar de un libro light. Esto no es para simple entretensión. Lebert da más, mucho más
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