Es terrible pensar en todo lo que nos pasa durante el día al
llegar la noche. Generalmente llegamos al bar de turno antes de pasar a nuestro
departamento/casa/cuchitril o lo que sea que llamemos “hogar”. Y tenemos suerte
de que en este país esquizofrénico te puedes comer un churrasco mientras bebes
como condenado. Fuera los bares lúgubres, tugurios de caricaturas de borrachos,
ahora hasta detrás de la barra hay un tipo entretenido haciendo bromas.
Y es terrible pensar
que hay tipos que todavía pueden pasarse la vida sonriendo, dice el dicho que
la primera generación no habla, la segunda no pregunta y la tercera no
recuerda. Da para todo claro está, ahora todos lo usan con la dictadura. Bah,
si no se dijo cuando era contingente ahora no importa mucho que todos parezcan
disco rayado. Me preocupa más lo que pasa ahora que nosotros somos la primera
generación.
En todo lo que nos pasa que no nos atrevemos a decir, por
vergüenza o por flojera. Estamos hechos unos mamones ¿A qué no? Mala memoria y
un pésimo juicio, así no funcionan las cosas. Con esto ya tenemos material para
stand up comedy de aquí a diez años más, si hasta los cantineros dan la lata
con sus chistes. Claro que yo sonrió, como todos, y hasta río, como cualquiera,
cuando el pequeño juan detrás de la barra termina su imitación de Longueira.
Durante el día muchos de estos parroquianos repiten los
mismos gestos. No hay mucho más que hacer, en el trabajo la pega es la misma
día tras día, incluso la más snob de las librerías se convierte en una simple
tienda de retail donde llegan las mismas tonteras todos los meses. Al llegar la
noche empiezan otras jornadas, las putas salen a cumplir sus horas de trabajo,
los empleados municipales sacan sus escaleras y cuando el peso de la noche se
disipa en la madrugada salen los camiones a recoger la basura que se aloja en
las calles tiritado de frío. En medio de todo esto disfrutamos de unos
chistesitos mientras procuramos no salpicarnos con el churrasco que chorrea ni
derramar cerveza sobre el dvd que acabamos de obtener o el libro que andamos
leyendo. Es terrible pensar en todo lo que nos pasa durante el día al llegar la
noche. Así que no lo hacemos
Y en una esquina una figura conocida pasa desapercibida, una
bolsa de compras con comida de gato, jurel tipo salmón (como todo en este país)
y una novela de Chandler en la mano. Pero ahora que he roto el encanto él se levanta y sale,
pasando por el rabillo del ojo, mi punto
ciego. Nos veremos otro día. Uno en que estemos menos cansados ¿Realmente hay
un día así? Quizás no para ti amigo, pero no es que eso te importe mucho. Seguimos
aquí, es gracioso recordar en todo lo que hicimos en la noche al despuntar el día
Que saga juvenil ni que nada
15 novelas y más de cuatro mil paginas
15 novelas y más de cuatro mil paginas
Y el gil de R.R. Martin se hace de rogar 5 años
para una nueva novela de Fuego de Truenos
Debo decir que he sido un poco cobarde. Debería haber sido
más duro con Ernest Cline y Gaiman, tan solo porque he visto comentarios que sobre valoran ambos libros, y lo peor que puedes hacer con un libro (o con una
persona) es ignorar sus defectos, porque así formas una imagen que no tiene
nada que ver con el libro en sí. Nos enamoramos de una mentira solipsista y
dejamos de lado la historia. También con Sloan fui muy débil, el libro tiene fallas obvias que nadie menciona
mucho porque el tipo es famosillo, y por supuesto como conozco a Collyer le
perdoné cosas que no habría dejado pasar a otro escritor. En el fondo todo
lector es un crítico y yo no pretendo representar a todos los lectores, pero si
puedo hacer que otro se fije en cosas que paso por alto entonces me doy por
satisfecho. Eso incluye hacer notar los errores, no por ser amargado sino para
evitar caer en la autocomplacencia. Creo que admitir los errores de un libro (o
de una persona) es clave si queremos entenderlo, disfrutarlo o amarlo. Con todo
el dolor de mi alma voy a tener que hacer notar los defectos de Diaz Eterovic…
En Latinoamérica no hay mucha tradición en cuanto al
policial duro, o sea, es verdad que incluso Borges o Vargas Llosa tienen
relatos policiales y el género ha sido notado como el más grande del sXX por
personas como Bolaño o Piglia. A pesar de todo no se cuenta con una tradición
de “escritores de policial”, gente como Dashell Hamett, Raymond Chandler,
Patricia Highsmith, Jim Thompson, Agatha Christie, etc. Y claro que algún académico
podrá mencionar una historia detallada con docena de nombres o algún conocedor podrá ilustrar la genealogía común entre los grandes escritores de policial y la literatura “mainstream”, la verdad es que incluso fanáticos como Camilo Marks admiten que esta literatura sigue bajo el estigma de ser “literatura de género”.
A pesar de que la novela policial es fundamental para
entender la literatura latinoamericana del sXX, la verdad es que no valoramos a
los escritores de género y solo podemos reconocer el valor del policial cuando
está en la pluma de escritores más eclécticos. Quizás la excepción sea Osvaldo
Soriano que es leído por mucha gente ajena al policial, logrando la gran máxima
de Chandler (que debiese aplicarse a cualquier género) “No quiero gustar por
escribir novelas detectivescas, sino a pesar de escribirlas”.
Dos Argentinos crearon a un detective
que podía resolver casos desde el fondo de una celda
en lugar de llamarse Hannibal le pusieron Isidro Parodi...
Pff, hubieran inventado a Batman
le hubieran puesto Ratin Volador
Ahora, sé que los fanáticos del policial querrán lincharme,
y admito que soy un ignorante en el tema ¿Pero realmente soy una excepción a la
regla? La verdad creo que no. Hablemos de la literatura de género; como amante de la ciencia ficción admito su corto
límite de influencia y la poca auto crítica que se genera en una comunidad solipsista, un nicho solo para fanáticos. Pero el policial supera esos límites, en Estados Unidos Patricia Highsmith o Chandler son tan
conocidos como Truman Capote o John Dos Passos, por dar un ejemplo.
¿Entonces porqué no son igualmente reconocidos los escritores de policial latinoamericanos? puedo nombrar a media docena de escritores de novela negra anglo-sajones que ni siquiera he leído pero de los que he escuchado hablar, precisamente porque traspasan las barreras del género. Aquí en Latinoamérica no podemos pretender poner a Borges como representante del género policial, a pesar de que lo cultivó. Nadie va a poner a Borges en el estante de las Novelas Policiales junto a Agatha Christie, y eso no es por desmerecer a ninguno de los dos, es simplemente porque ni Borges, ni Piglia, ni Bolaño, etc se especializaron en ese género.
¿Entonces porqué no son igualmente reconocidos los escritores de policial latinoamericanos? puedo nombrar a media docena de escritores de novela negra anglo-sajones que ni siquiera he leído pero de los que he escuchado hablar, precisamente porque traspasan las barreras del género. Aquí en Latinoamérica no podemos pretender poner a Borges como representante del género policial, a pesar de que lo cultivó. Nadie va a poner a Borges en el estante de las Novelas Policiales junto a Agatha Christie, y eso no es por desmerecer a ninguno de los dos, es simplemente porque ni Borges, ni Piglia, ni Bolaño, etc se especializaron en ese género.
Y si nos ponemos pesados el género policial siempre ha sido
un género especializado, posee una estructura rígida. Es verdad que hay
variaciones, pero estas no tardan en convertirse en otra serie de reglas o
tropos. En eso la novela policial se parece a la de Caballerias o al cómic de
super héroes, en el fondo es siempre la misma historia una y otra y otra vez.
Si algún aporte hay es en las sutilezas, pero para captarlas el lector debe
primero manejar los códigos del género (aunque a estas alturas son parte del
sentido común). A diferencia de mi amada Ciencia Ficción, que tiene posibilidades infinitas (aunque muchísimas veces cae en el cliché), la novela policial se define por ceñirse a un mismo
modelo. Por eso es difícil escribir policíal.
Los Detectives son una extraña raza
entre sus poderes superhumanos se encuentran
la inmunidad al cáncer y a la cirrosis
Primer detalle en esta novela de Ramón Diaz Eterovic, es una
novela ceñida al género de tal manera
que no puede ser catalogada de democrática. El lector de las novelas de
Heredia sabe en lo que se mete, esto es
novela negra. La novela parte cuando Heredia (nuestro detective) recibe
un sobre el cual lleva muchos minutos mirándolo, cuestionándose si cogerlo y
abrirlo o dejarlo ahí. El sobre contiene alguna información escrita por una
mujer (siempre hay una mujer), con la que Heredia tuvo
una relación en el pasado. Heredia duda sobre abrir el sobre porque a esa
mujer, en cierta forma la sigue alojando en sus recuerdos.
Pasado el día y
al regresar a casa luego de una de las caminatas por Santiago, Heredia es
visitado por Dagoberto Solís (el policía que ayuda a nuestro detective)
quién en varias oportunidades le salvo el pellejo y le aporto pistas para sus
investigaciones, quien viene a preguntarle por Fernanda Arredondo,
la mujer del sobre, a quien encontraron muerta aparentemente por sobredosis, y
quien entre sus pertenencias tenía anotado el nombre de Heredia. Entre
todo esto llega a la oficina de solis una joven veinteañera, Griseta, hermana
de un compañero de Heredia que murió luchando contra la dictadura (de manera
idealista, nada de secuestros) con la que inicia una relación a pesar de la diferencia
de edades (Heredia está entre los 40 llegando a los 50). Una serie de
personajes interesantes, como el ciego Stevenson (el típico tipo misterioso que
pareciera estar en todas) o antiguos colaboradores de la dictadura que siguen
impunes. Heredia se ve envuelto en un caso de contrabando de armas que está
basado en hechos reales, el régimen de Pinochet practico el contrabando de armasilegales y el hecho fue descubierto en 1991. Por supuesto que nadie pago las consecuencias
hasta veinte años después ¡Yay por la democracia!
Esto ya ha dejado de ser gracioso
El viejo csm hizo de todo
Se han encontrado fotos del general
robandole un caramelo a un niño.
Saliendo de un Strip Club sin dejar propina.
Forjando el anillo único.
etc.
La habilidad como narrador de Ramón Diaz Eterovic consiste en
usar el género policial y adaptarlo a la
realidad Chilena. Heredia vive en el centro de Santiago y se mueve por el casco histórico de la ciudad,
los crímenes que resuelve se relacionan con el lado oscuro de la sociedad
Chilena. Pero los personajes cansan, Heredia es como Batman, no importa cuanto lo desarrolles
o cuanta personalidad adquiera, Batman es Batman y no dejará de ser
Batman. No diría que es un personaje
plano, sino que no puede ir en contra de su naturaleza. Si algún día Batman
matara al Guasón entonces ya no sería Batman sino alguien más, de la misma
manera si Heredia dejara de hablar con su gato Simenon entonces sus seguidores cerrarían
el libro y no seguirían leyendo.
Creo que eso último necesita explicación. Heredia tiene un
gato llamado Simenon (llego un día a la casa de Heredia y se puso a dormir
sobre un montón de libros de Georges Simenon, así se ganó el nombre). Heredia
conversa con Simenon sin que el narrador (que siempre es el detective o sea
Heredia) explicite si esto es un juego de nuestro héroe, o simplemente sufre de
alucinaciones o si de verdad estamos frente a un gato mágico. Un cínico
imbécil académico podría ligar esto con la tradición del realismo mágico, pero
esto nada tiene que ver con eso, y el mismo autor ha dicho que es todo parte de
la mente de Heredia. La verdad
sea dicha tampoco eso queda claro, tanto puede ser Simenon un gato mágico como
un juego de Heredia, ese indeterminismo hace que sus diálogos sean invaluables
y lo mejor de sus historias. Simenon es el Watson de Heredia y su conciencia,
siempre dispuesto a revelarle la verdad que trata de ocultar bajo litros de
alcohol y humo de cigarrillos.
Un problema que tiene la novela son los diálogos, Griseta no
suena como una veinteañera. Tampoco Ramon Diaz Eterovic tiene el don de imitar
el habla viva de la calle, a pesar de que lo intenta industriosamente. Todo
suena forzado, son diálogos escritos y
no hablados. Parte de esto es por el carácter de Heredia, él es un hombre
de letras, cita desde Dostoievski hasta
a Soriano, escucha a Ravel y va al Cine Arte Alameda a ver películas clásicas.
Los infodumps se hacen
recurrentes para explicar el contexto de la acción. En un momento Heredia va a ver a un conocedor de Armas y en un largo
dialogo expositivo nos enteramos de cómo se originó la producción de armas
ilegales en Chile. No es que sea un modo ladrón de entregarle todo en bandeja a
Heredia, de hecho es lo que haría cualquiera con medio cerebro ¿Por qué los
detectives en algunas series de televisión buscan la manera más rebuscada para
resolver un caso? Si se quiere saber algo más sobre el caso se consulta a la
biblioteca (de hecho Griseta va a la Biblioteca Nacional a investigar) o a alguien
que sepa algo. O por último Wikipedia. Ese es otro problema, la tecnología de
la novela está algo obsoleta, Heredia no es un tipo que no se lleva bien con la
tecnología (no se traga el mito positivista) y lo vemos enfrentarse con
desconfianza a…. máquinas de Fax… estoy seguro que los menores de veinte años
estarán más familiarizados con un telégrafo que con un fax. Bueno, detalles que
no se pueden evitar, por lo menos Ramon Diaz Eterovic no huyó de representar la
tecnología de su época.
"-Que haremos mañana Heredia?
-Lo mismo que hacemos todas las noches Simenon
tratar de conquistar el mundo pagar las cuentas"
Uff eso fue difícil. Hacer crítica negativa es complicado,
hay que presentar argumentos y evidencia (lo cual no hice me dio lata),
pero bueno ojalá no haya sido tan superficial como los críticos tradicionales.
Ahora pasamos a mi fanatismo usual. HEREDIA IS AWSOME!! Antes comparé a Heredia
con Batman, no es por azar. Heredia es fucking Batman. Heredia es Harold Bloom,
es Alonso Quijano (Quijote hay uno solo), es Philllipe Marlowe. Heredia
es el tipo triste pero decidido que se esconde en la esquina de un bar, es la
sed de justicia que no puede ser saciada porque es demasiado pura, es el amigo
que siempre quisiste tener, es con quien te emborrachas, es con quién lloras
sin soltar lágrimas, es con quién compartes el silencio, el tedio, la
esperanza. Heredia es la esperanza moral que emerge de las aguas agitadas por
la pluma de Cervantes. ¿Leoncitos a mí? ¿Leoncitos a mí y a estas horas?
¿En qué momento me dí cuenta de esto? Bueno en todo el lío
en que se mete Heredia aparece un cocinero Gay asesinado, Pompeyo. La forma en
que todos tratan a Pompeyo (y a los homosexuales en general en la novela) es
denigrante, Heredia se interesa en la muerte de Pompeyo y no se traga lo de que
sea un ajuste de cuentas entre Homosexuales. Va a entrevistar al hermano de
Pompeyo, la única persona que fue a su funeral. El Hermano resulta ser tan
Homofobico como el resto de la familia:
“Para mí Pompeyo estaba muerto desde antes […] Fui a su
entierro por lastima. Éramos hermanos pero eso no me obliga a quererlo [...] Hizo alardes de su condición y se mezcló
con gentes de su clase. Sus gestos, su ropa, todo me asqueaba […] Llegue a
negar que era mi hermano cuando me
molestaban en el colegio […] Los amigos hacían preguntas y las muchachas se
reian […”
¿Cómo reacciona
nuestro detective? Primero, le importa un carajo sus “complejitos”, él no está
aquí para solucionar los problemas de un pobre pendejo “No soy psicoanalista ni
tampoco estoy de parte de quienes, como usted, ven la vida desde sus ombligos”.
Segundo, este conchesumadre le va a decir todo lo que pueda.
“-¿Por qué habría de decírselo?
-Porqué podría ir a
so oficina y sentarme a esperar
hasta que usted me reciba. Sus clientes
se enterarían de su hermano, preguntarían
cosas y al final de cuentas, se haría un gran festin”
Ningún imbécil jode con Heredia. Hay varios momentos en que
Heredia está al borde de perder la compostura, y al final de la novela los espíritus
más sensibles derramaran algunas lágrimas por las desventuras de Heredia. Su
compás moral se muestra más claramente cuando ayuda a un amigo a dejar el vicio
de la Cocaina (agarra la bolsa y la tira
por el W.C.), todo ese arco puede parecer forzado y moralista pero ilustra
parte del carácter de Heredia.
¿Como va a ser raro Simenon?
Si a ti te toca ver a esa cabrona 7 o 9 veces
al pobre Heredia déjalo tranquilo
En las primeras historias de Heredia el entorno es el Chile
de la dictadura, un ambiente negro y gótico. La gente desaparece y es torturada
por el régimen, no puedes confiar en la policía porque muchos están coludidos
con los asesinos y torturadores que
dirigen el país. Es el ambiente perfecto para un relato de terror o una novela
negra como las de Heredia. El policial cásico demuestra el poder de la razónsobre la bestialidad del crímen y afianza la confianza en la fuerza policíal yen la inteligencia del individuo. El detective impone un orden racional y portanto moralmente bueno, es un positivista. No es sorpresa que haya nacido en paísesdonde había una gran confianza en las instituciones y también un importanteavance industrial. El optimismo de la sociedad burguesa del sXVIII y el XIX.Por el contrario la Novela Negra surge luego de la crisis económica en EstadosUnidos, la gente vio que las instituciones basadas en la democracia y lalibertad pueden ser manipuladas por los poderosos, también vio como la antiguaEuropa salía de una cruenta guerra con millones de muertos. En la Novela Negrael detective puede atrapar a los criminales pero no puede cambiar el sistema,corrupto hasta la medula, es un final siempre agridulce.
La novela se manda unas frases geniales, tanto por su lucidez
como por su absoluta verdad. Uno de mis fragmentos favoritos sale de boca del
misterioso ciego Stevens
“Nuestra democracia
de cartón piedra fue un negocio entre unos pocos inversionistas y algunos políticos
criollos. La dictadura dejó de ser rentable y buscaron una alternativa. […]Hubo
un acuerdo para blanquear la historia. Acuerdo y complicidad para el olvido.
Por eso, cada vez que se intenta establecer un asomo de justicia, los militares
ponen sobre la mesa los términos del contrato”
Por si fuera poco Stevens (y Ramon Diaz) tiene el don de la
profecía “Los comunistas seguirán pagando sus errores y el desmedido apego a
los soviéticos; los socialistas defenderán el capitalismo, y los únicos que seguirán
igual, son los empresarios y políticos de derecha [,,,] les da lo mismo
administrar la sociedad con votos o garrotes”. Escrito en 1995. La vida imita
al arte. Heredia no se queda atrás, solo que es más pesimista y melancólico que
el apocalíptico ciego.
“La calle bandera era un paisaje oscuro, vampiresco […] cabares de mala muerte; madrigueras donde
muchachas ojerosas se ganaban cuatro veintes masturbando borrachos […] No era
el infierno pero se parecía; mientras a pocas cuadras de ahí, los concejales
predicaban a diario sobre la seguridad ciudadana”
“Esta noche tuve miedo de la ciudad y sus calles. Quise
entrar a un par de lugares y no pude. He visto demaciada violencia durante
mucho tiempo. Y cada día estoy más solo. Los amigos se abanican con sus
tarjetas de créditos, engordan en los Mcdonals y se burlan de lo que antes
fueron”.
Ramón Diaz Eterovic dice que de Georges Simenon aprendió que la
esencia del policial está en crear personajes convincentes y ambientes que den
color local, lo mismo de Osvaldo Soriano
que supo darle un toque eminentemente Latinoamericano al policial. Ambos están presentes
en todas las historias de Heredia, tanto así que es un libro muy recomendado
para turistas o gente que quiera conocer
los barrios históricos de Santiago. Pero lo que me interesa es que Diaz
Eterovic evoca a Chandler como el maestro más grande del género, y de él
aprendió el sentido moral de la novela policial. En esto vuelvo al paralelo con
la novela de caballerías y los super héroes, el profundo idealismo de estos
personajes revive en Heredia. En
todo caso Ramon Diaz aprendió el oficio leyendo a los grandes clásicos de la
mal llamada “alta” literatura, nada de cultura chatarra ni literatura
fácil, comercial y light.
Lo conozco y
es la persona más piola, humilde y de bajo perfil que haya publicado un libro
en este país. Además la editorial, LOM, hace todo lo posible por bajar los
costos de los libros y también mantenerse rentable, fue concebida como un
proyecto cultural no un negocio.
En fin, denle una lectura. Aquí dejo un par de ensayos. Uno que habla de Heredia como cronista de la sociedad chilena (en el sentido de los romanos y los griegos, que llamaban crónica a las
narraciones de eventos guerreros que relataban sus propios testigos y
protagonistas en base a un orden cronológicos), muy interesante. Otro más completo, de un especialista en literatura policial, que analiza todas las
novelas de Heredia.
Lamento la tardanza de este post. Entre la pega, las
lecturas personales, el taller de narrativa donde participo y mi flojera natural
no tuve tiempo de publicar nada. La próxima entrada es El Pendulo de Foucault o el anti Dan Brown, Umberto Eco.
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