lunes, 8 de septiembre de 2014

Angeles y Solitarios. Tan duro que es en blanco y negro porque los colores le tienen miedo


Es terrible pensar en todo lo que nos pasa durante el día al llegar la noche. Generalmente llegamos al bar de turno antes de pasar a nuestro departamento/casa/cuchitril o lo que sea que llamemos “hogar”. Y tenemos suerte de que en este país esquizofrénico te puedes comer un churrasco mientras bebes como condenado. Fuera los bares lúgubres, tugurios de caricaturas de borrachos, ahora hasta detrás de la barra hay un tipo entretenido haciendo bromas.

 Y es terrible pensar que hay tipos que todavía pueden pasarse la vida sonriendo, dice el dicho que la primera generación no habla, la segunda no pregunta y la tercera no recuerda. Da para todo claro está, ahora todos lo usan con la dictadura. Bah, si no se dijo cuando era contingente ahora no importa mucho que todos parezcan disco rayado. Me preocupa más lo que pasa ahora que nosotros somos la primera generación.

En todo lo que nos pasa que no nos atrevemos a decir, por vergüenza o por flojera. Estamos hechos unos mamones ¿A qué no? Mala memoria y un pésimo juicio, así no funcionan las cosas. Con esto ya tenemos material para stand up comedy de aquí a diez años más, si hasta los cantineros dan la lata con sus chistes. Claro que yo sonrió, como todos, y hasta río, como cualquiera, cuando el pequeño juan detrás de la barra termina su imitación de Longueira.

Durante el día muchos de estos parroquianos repiten los mismos gestos. No hay mucho más que hacer, en el trabajo la pega es la misma día tras día, incluso la más snob de las librerías se convierte en una simple tienda de retail donde llegan las mismas tonteras todos los meses. Al llegar la noche empiezan otras jornadas, las putas salen a cumplir sus horas de trabajo, los empleados municipales sacan sus escaleras y cuando el peso de la noche se disipa en la madrugada salen los camiones a recoger la basura que se aloja en las calles tiritado de frío. En medio de todo esto disfrutamos de unos chistesitos mientras procuramos no salpicarnos con el churrasco que chorrea ni derramar cerveza sobre el dvd que acabamos de obtener o el libro que andamos leyendo. Es terrible pensar en todo lo que nos pasa durante el día al llegar la noche. Así que no lo hacemos

Y en una esquina una figura conocida pasa desapercibida, una bolsa de compras con comida de gato, jurel tipo salmón (como todo en este país) y una novela de Chandler en la mano. Pero ahora que  he roto el encanto él se levanta y sale, pasando por  el rabillo del ojo, mi punto ciego. Nos veremos otro día. Uno en que estemos menos cansados ¿Realmente hay un día así?  Quizás no  para ti amigo,  pero no es que eso te importe mucho. Seguimos aquí, es gracioso recordar en todo lo que hicimos en la noche  al despuntar el día

Que saga juvenil ni que nada
15 novelas y más de cuatro mil paginas 
Y el gil de R.R. Martin se hace de rogar 5 años
para una nueva novela de Fuego de Truenos 


Debo decir que he sido un poco cobarde. Debería haber sido más duro con Ernest Cline y Gaiman, tan solo porque he visto comentarios que sobre valoran ambos libros, y lo peor que puedes hacer con un libro (o con una persona) es ignorar sus defectos, porque así formas una imagen que no tiene nada que ver con el libro en sí. Nos enamoramos de una mentira solipsista y dejamos de lado la historia. También con Sloan fui muy débil, el  libro tiene fallas obvias que nadie menciona mucho porque el tipo es famosillo, y por supuesto como conozco a Collyer le perdoné cosas que no habría dejado pasar a otro escritor. En el fondo todo lector es un crítico y yo no pretendo representar a todos los lectores, pero si puedo hacer que otro se fije en cosas que paso por alto entonces me doy por satisfecho. Eso incluye hacer notar los errores, no por ser amargado sino para evitar caer en la autocomplacencia. Creo que admitir los errores de un libro (o de una persona) es clave si queremos entenderlo, disfrutarlo o amarlo. Con todo el dolor de mi alma voy a tener que hacer notar los defectos de Diaz Eterovic…

En Latinoamérica no hay mucha tradición en cuanto al policial duro, o sea, es verdad que incluso Borges o Vargas Llosa tienen relatos policiales y el género ha sido notado como el más grande del sXX por personas como Bolaño o Piglia. A pesar de todo no se cuenta con una tradición de “escritores de policial”, gente como Dashell Hamett, Raymond Chandler, Patricia Highsmith, Jim Thompson, Agatha Christie, etc. Y claro que algún académico podrá mencionar una historia detallada con docena de nombres o algún conocedor podrá ilustrar la genealogía común entre los grandes escritores de policial y la literatura “mainstream”, la verdad es que incluso fanáticos como Camilo Marks admiten que esta literatura sigue bajo el estigma de ser “literatura de género”.

A pesar de que la novela policial es fundamental para entender la literatura latinoamericana del sXX, la verdad es que no valoramos a los escritores de género y solo podemos reconocer el valor del policial cuando está en la pluma de escritores más eclécticos. Quizás la excepción sea Osvaldo Soriano que es leído por mucha gente ajena al policial, logrando la gran máxima de Chandler (que debiese aplicarse a cualquier género) “No quiero gustar por escribir novelas detectivescas, sino a pesar de escribirlas”.

Dos Argentinos crearon a un detective
que podía  resolver casos desde el fondo de una celda
en lugar de llamarse Hannibal le pusieron Isidro Parodi...
Pff, hubieran inventado a Batman 
le hubieran puesto Ratin Volador



Ahora, sé que los fanáticos del policial querrán lincharme, y admito que soy un ignorante en el tema ¿Pero realmente soy una excepción a la regla? La verdad creo que no. Hablemos de la literatura de género; como amante de la ciencia ficción admito su corto límite de influencia y la poca auto crítica que se genera en una comunidad solipsista, un nicho solo para fanáticos. Pero el policial supera esos límites, en Estados Unidos Patricia Highsmith o Chandler son tan conocidos como Truman Capote o John Dos Passos, por dar un ejemplo. 

¿Entonces porqué no son igualmente reconocidos los escritores de policial latinoamericanos? puedo nombrar a media docena de escritores de novela negra anglo-sajones que ni siquiera he leído pero de los que he escuchado hablar, precisamente porque traspasan las barreras del género. Aquí en Latinoamérica no podemos pretender poner a Borges como representante del género policial, a pesar de que lo cultivó. Nadie va a poner a Borges en el estante de las Novelas Policiales junto a Agatha Christie, y eso no es por desmerecer a ninguno de los dos, es simplemente porque ni Borges, ni Piglia, ni Bolaño, etc se especializaron en ese género.

Y si nos ponemos pesados el género policial siempre ha sido un género especializado, posee una estructura rígida. Es verdad que hay variaciones, pero estas no tardan en convertirse en otra serie de reglas o tropos. En eso la novela policial se parece a la de Caballerias o al cómic de super héroes, en el fondo es siempre la misma historia una y otra y otra vez. Si algún aporte hay es en las sutilezas, pero para captarlas el lector debe primero manejar los códigos del género (aunque a estas alturas son parte del sentido común). A diferencia de mi amada Ciencia Ficción, que tiene posibilidades infinitas (aunque muchísimas veces cae en el cliché), la novela policial se define por ceñirse a un mismo modelo. Por eso es difícil escribir policíal.


Los Detectives son una extraña raza
entre sus poderes superhumanos se encuentran
la inmunidad al cáncer y a la cirrosis 



Primer detalle en esta novela de Ramón Diaz Eterovic, es una novela  ceñida al género de tal manera que no puede ser catalogada de democrática. El lector de las novelas de Heredia  sabe en lo que se mete, esto es novela negra. La novela parte cuando Heredia (nuestro detective) recibe un sobre el cual lleva muchos minutos mirándolo, cuestionándose si cogerlo y abrirlo o dejarlo ahí. El sobre contiene alguna información escrita por una mujer (siempre hay una mujer), con la que Heredia tuvo una relación en el pasado. Heredia duda sobre abrir el sobre porque a esa mujer, en cierta forma la sigue alojando en sus recuerdos.

Pasado el día y al regresar a casa luego de una de las caminatas por Santiago, Heredia es visitado por Dagoberto Solís (el policía que ayuda a nuestro detective) quién en varias oportunidades le salvo el pellejo y le aporto pistas para sus investigaciones, quien viene a preguntarle por Fernanda Arredondo, la mujer del sobre, a quien encontraron muerta aparentemente por sobredosis, y quien entre sus pertenencias tenía anotado el nombre de Heredia. Entre todo esto llega a la oficina de solis una joven veinteañera, Griseta, hermana de un compañero de Heredia que murió luchando contra la dictadura (de manera idealista, nada de secuestros) con la que inicia una relación a pesar de la diferencia de edades (Heredia está entre los 40 llegando a los 50). Una serie de personajes interesantes, como el ciego Stevenson (el típico tipo misterioso que pareciera estar en todas) o antiguos colaboradores de la dictadura que siguen impunes. Heredia se ve envuelto en un caso de contrabando de armas que está basado en hechos reales, el régimen de Pinochet practico el contrabando  de armasilegales y el hecho fue descubierto en 1991. Por supuesto que nadie pago las consecuencias hasta veinte años después ¡Yay por la democracia!



Esto ya ha dejado de ser gracioso
El viejo csm hizo de todo
Se han encontrado fotos del general 
robandole un caramelo a un niño.
Saliendo de un Strip Club sin dejar propina.
Forjando el anillo único.
etc.


La habilidad como narrador de Ramón Diaz Eterovic consiste en usar el género policial  y adaptarlo a la realidad Chilena. Heredia vive en el centro de Santiago y  se mueve por el casco histórico de la ciudad, los crímenes que resuelve se relacionan con el lado oscuro de la sociedad Chilena. Pero los personajes cansan, Heredia es como Batman, no importa cuanto  lo desarrolles  o cuanta personalidad adquiera, Batman es Batman y no dejará de ser Batman. No diría  que es un personaje plano, sino que no puede ir en contra de su naturaleza. Si algún día Batman matara al Guasón entonces ya no sería Batman sino alguien más, de la misma manera si Heredia dejara de hablar con su gato Simenon entonces sus seguidores cerrarían el libro y no seguirían leyendo.

Creo que eso último necesita explicación. Heredia tiene un gato llamado Simenon (llego un día a la casa de Heredia y se puso a dormir sobre un montón de libros de Georges Simenon, así se ganó el nombre). Heredia conversa con Simenon sin que el narrador (que siempre es el detective o sea Heredia) explicite si esto es un juego de nuestro héroe, o simplemente sufre de alucinaciones o si de verdad estamos frente a un gato mágico. Un cínico imbécil académico podría ligar esto con la tradición del realismo mágico, pero esto nada tiene que ver con eso, y el mismo autor ha dicho que es todo parte de la mente de Heredia. La verdad sea dicha tampoco eso queda claro, tanto puede ser Simenon un gato mágico como un juego de Heredia, ese indeterminismo hace que sus diálogos sean invaluables y lo mejor de sus historias. Simenon es el Watson de Heredia y su conciencia, siempre dispuesto a revelarle la verdad que trata de ocultar bajo litros de alcohol y humo de cigarrillos.

Un problema que tiene la novela son los diálogos, Griseta no suena como una veinteañera. Tampoco Ramon Diaz Eterovic tiene el don de imitar el habla viva de la calle, a pesar de que lo intenta industriosamente. Todo suena forzado, son diálogos escritos y  no hablados. Parte de esto es por el carácter de Heredia, él es un hombre de letras, cita desde Dostoievski  hasta a Soriano, escucha a Ravel y va al Cine Arte Alameda a ver películas clásicas. Los infodumps se hacen recurrentes para explicar el contexto de la acción. En un momento Heredia  va a ver a un conocedor de Armas y en un largo dialogo expositivo nos enteramos de cómo se originó la producción de armas ilegales en Chile. No es que sea un modo ladrón de entregarle todo en bandeja a Heredia, de hecho es lo que haría cualquiera con medio cerebro ¿Por qué los detectives en algunas series de televisión buscan la manera más rebuscada para resolver un caso? Si se quiere saber algo más sobre el caso se consulta a la biblioteca (de hecho Griseta va a la Biblioteca Nacional a investigar) o a alguien que sepa algo. O por último Wikipedia. Ese es otro problema, la tecnología de la novela está algo obsoleta, Heredia no es un tipo que no se lleva bien con la tecnología (no se traga el mito positivista) y lo vemos enfrentarse con desconfianza a…. máquinas de Fax… estoy seguro que los menores de veinte años estarán más familiarizados con un telégrafo que con un fax. Bueno, detalles que no se pueden evitar, por lo menos Ramon Diaz Eterovic no huyó de representar la tecnología de su época.

"-Que haremos mañana Heredia?
-Lo mismo que hacemos todas las noches Simenon
tratar de conquistar el mundo pagar las cuentas"


Uff eso fue difícil. Hacer crítica negativa es complicado, hay que presentar argumentos y evidencia (lo cual no hice me dio lata), pero bueno ojalá no haya sido tan superficial como los críticos tradicionales. Ahora pasamos a mi fanatismo usual. HEREDIA IS AWSOME!! Antes comparé a Heredia con Batman, no es por azar. Heredia es fucking Batman. Heredia es Harold Bloom, es Alonso Quijano (Quijote hay uno solo), es Philllipe Marlowe. Heredia es el tipo triste pero decidido que se esconde en la esquina de un bar, es la sed de justicia que no puede ser saciada porque es demasiado pura, es el amigo que siempre quisiste tener, es con quien te emborrachas, es con quién lloras sin soltar lágrimas, es con quién compartes el silencio, el tedio, la esperanza. Heredia es la esperanza moral que emerge de las aguas agitadas por la pluma de Cervantes. ¿Leoncitos a mí? ¿Leoncitos a mí y a estas horas?

¿En qué momento me dí cuenta de esto? Bueno en todo el lío en que se mete Heredia aparece un cocinero Gay asesinado, Pompeyo. La forma en que todos tratan a Pompeyo (y a los homosexuales en general en la novela) es denigrante, Heredia se interesa en la muerte de Pompeyo y no se traga lo de que sea un ajuste de cuentas entre Homosexuales. Va a entrevistar al hermano de Pompeyo, la única persona que fue a su funeral. El Hermano resulta ser tan Homofobico como el resto de la familia:

“Para mí Pompeyo estaba muerto desde antes […] Fui a su entierro por lastima. Éramos hermanos pero eso no me obliga a quererlo  [...] Hizo alardes de su condición y se mezcló con gentes de su clase. Sus gestos, su ropa, todo me asqueaba […] Llegue a negar que era mi hermano  cuando me molestaban en el colegio […] Los amigos hacían preguntas y las muchachas se reian […”

¿Cómo  reacciona nuestro detective? Primero, le importa un carajo sus “complejitos”, él no está aquí para solucionar los problemas de un pobre pendejo “No soy psicoanalista ni tampoco estoy de parte de quienes, como usted, ven la vida desde sus ombligos”. Segundo, este  conchesumadre le  va a decir todo lo que  pueda.

“-¿Por qué habría de decírselo?
-Porqué podría ir a  so oficina y sentarme a  esperar hasta que usted  me reciba. Sus clientes se  enterarían de su hermano, preguntarían cosas y al final de cuentas, se haría un gran festin”

Ningún imbécil jode con Heredia. Hay varios momentos en que Heredia está al borde de perder la compostura, y al final de la novela los espíritus más sensibles derramaran algunas lágrimas por las desventuras de Heredia. Su compás moral se muestra más claramente cuando ayuda a un amigo a dejar el vicio de la  Cocaina (agarra la bolsa y la tira por el W.C.), todo ese arco puede parecer forzado y moralista pero ilustra parte del carácter de Heredia.

¿Como va a ser raro Simenon?
Si a ti te toca ver a esa cabrona 7 o 9 veces
al pobre Heredia déjalo tranquilo



La novela se manda unas frases geniales, tanto por su lucidez como por su absoluta verdad. Uno de mis fragmentos favoritos sale de boca del misterioso ciego  Stevens

“Nuestra democracia  de cartón piedra  fue  un negocio entre  unos pocos inversionistas y algunos políticos criollos. La dictadura dejó de ser rentable y buscaron una alternativa. […]Hubo un acuerdo para blanquear la historia. Acuerdo y complicidad para el olvido. Por eso, cada vez que se intenta establecer un asomo de justicia, los militares ponen sobre la mesa los términos del contrato”

Por si fuera poco Stevens (y Ramon Diaz) tiene el don de la profecía “Los comunistas seguirán pagando sus errores y el desmedido apego a los soviéticos; los socialistas defenderán el capitalismo, y los únicos que seguirán igual, son los empresarios y políticos de derecha [,,,] les da lo mismo administrar la sociedad con votos o garrotes”. Escrito en 1995. La vida imita al arte. Heredia no se queda atrás, solo que es más pesimista y melancólico que el apocalíptico ciego.

“La calle bandera era un paisaje oscuro, vampiresco […]  cabares de mala muerte; madrigueras donde muchachas ojerosas se ganaban cuatro veintes masturbando borrachos […] No era el infierno pero se parecía; mientras a pocas cuadras de ahí, los concejales predicaban a diario sobre la seguridad ciudadana”

“Esta noche tuve miedo de la ciudad y sus calles. Quise entrar a un par de lugares y no pude. He visto demaciada violencia durante mucho tiempo. Y cada día estoy más solo. Los amigos se abanican con sus tarjetas de créditos, engordan en los Mcdonals y se burlan de lo que antes fueron”.


Ramón Diaz Eterovic dice que de Georges Simenon aprendió que la esencia del policial está en crear personajes convincentes y ambientes que den color local, lo mismo  de Osvaldo Soriano que supo darle un toque eminentemente Latinoamericano al policial. Ambos están presentes en todas las historias de Heredia, tanto así que es un libro muy recomendado para turistas o gente  que quiera conocer los barrios históricos de Santiago. Pero lo que me interesa es que Diaz Eterovic evoca a Chandler como el maestro más grande del género, y de él aprendió el sentido moral de la novela policial. En esto vuelvo al paralelo con la novela de caballerías y los super héroes, el profundo idealismo de estos personajes revive en Heredia. En todo caso Ramon Diaz aprendió el oficio leyendo a los grandes clásicos de la mal llamada “alta” literatura, nada de cultura chatarra ni literatura fácil,  comercial y light. 
Lo conozco y es la persona más piola, humilde y de bajo perfil que haya publicado un libro en este país. Además la editorial, LOM, hace todo lo posible por bajar los costos de los libros y también mantenerse rentable, fue concebida como un proyecto cultural no un negocio.

En fin, denle una lectura. Aquí dejo un par de ensayos. Uno que habla de Heredia como cronista de la sociedad chilena (en el sentido de los romanos y los griegos, que llamaban crónica a las narraciones de eventos guerreros que relataban sus propios testigos y protagonistas en base a un orden cronológicos), muy interesante. Otro más completo, de un especialista en literatura policial, que analiza todas las novelas de Heredia.


Lamento la tardanza de este post. Entre la pega, las lecturas personales, el taller de narrativa donde participo y mi flojera natural no tuve tiempo de publicar nada. La próxima entrada es El Pendulo de Foucault o el anti Dan Brown, Umberto Eco.