Hay momentos en que todo lector debe afrontar la
siguiente pregunta: "¿Estaré leyendo esto bien?". Por supuesto que no
me refiero a que alguien lea "silla" donde pone "mesa" (aunque
de brutos que somos no lo puedo descartar) sino a que muchas veces, por
diversas razones, uno siente que no comprende que diablos es lo que el autor
quiere decir. El lenguaje (y la escritura) es un tipo de comunicación, y muchas
veces no captamos bien el mensaje que se quiere transmitir. Oh, no soy de
quienes creen que hay una forma "correcta" y una
"incorrecta" de leer, pero si pienso que decir que cualquier
interpretación vale está un poco fuera de lugar.
Recorriendo el ciber-espacio me topé con una reseña de
Las Sirenas de Titán de Kurt
Vonnegut, uno de mis libros preferidos de Ciencia Ficción. No voy a tildar a aquella reseña de
"estúpida" (aunque ganas no me faltan) porque no lo
es, de hecho hace un análisis de ciertos puntos importantes de la novela,
sin embargo pareciera que quién la escribió no se dio el tiempo de investigar
al autor ni a su obra. Para acota diré que el tema de aquella reseña era que
Kurt era un autor amargado y la novela una visión pesimista, gris y cínica de
la vida. Claro que bastaría una simple cita de la novela para destruir
este argumento “el objeto de una vida humana, quienquiera que sea quién la
controle, es amar al que está cerca para ser amado.”
No es la
primera vez que veo este tipo de mal entendido, por ejemplo saltemos a otro
autor de ciencia ficción como Clifford Simak, a quién generalmente se le conoce
por representar una visión totalmente utópica del futuro en sus novelas. En
estas Simak suele presentar un mundo en que gracias al progreso técnico y social llegará un
momento en que el ser humano habrá sobrepasado todos sus vicios y se
erradicaran las guerras, la pobreza y el crimen. En Ciudad (su mejor libro en mi opinión) se muestra una sociedad como
la que acabo de mencionar y sin embargo a su vez se narran los últimos días de
la raza humana, el fin de nuestra especie es narrado con tanta melancolía que
apenas puede uno pensar que se trata de un autor conocido por representar
paraísos utópicos
Entonces mi pregunta es la siguiente ¿Cómo sabemos cuándo
estamos frente a una narración pesimista o a una esperanzadora? o lo que es lo
mismo ¿El narrador nos está describiendo un vaso medio lleno o medio vacío?
Puede parecer una cuestión sin sentido, pero creo que vale la pena pensar en
ello si se quiere saber qué es lo que realmente plantea la historia.
La Metamorfosis en un mapa de Buena y Mala suerte (good fortune/Ill Forutune)
siempre es agradable que alguien como Kafka nos recuerde
que aunque las cosas vayan mal... siempre podrían ir peores.
Empecemos con Las
Sirenas de Titán. La trama es bastante intrincada pero aborda algunos temas
claves en la narrativa de Kurt Vonnegut, por ejemplo el concepto del igualitarismo.
Uno de los personajes de la novela articula una guerra global, generando
un genocidio masivo que deja al holocausto judío como un juego de niños. Bajo
el peso de la culpa la humanidad se reorganiza en una distopía (o utopía según
quien lo mire) donde nadie se permite destacar por sobre los demás, por ejemplo
si una mujer es demasiado bella cubre su rostro con tierra, si alguien es
demasiado atlético se ata pesos en las piernas, etc.
Por otro lado el protagonista de la novela es un
millonario que le debe su fortuna a la suerte (usa un sistema para invertir en
la bolsa a partir de versículos de la biblia), sin embargo vale aclarar que
Vonnegut no hace distinción entre “suerte” y “talento”, el talento no es algo que se otorge por
merito. El tema se vuelve aún más
complejo cuando descubrimos que la historia de la humanidad ha sido intervenida
por fuerzas externas, que la han moldeado para sus propios propósitos. Al
llegar el clímax somos testigos de que todo el sufrimiento humano ha sido por
una trivialidad.
Las Sirenas de Titán es lo que Graham Greene definió como "una
sonrisa a la sombra de la horca", y sin embargo aquí estoy yo defendiendo
su mensaje de "optimismo"
Kurt Vonnegut siempre decía que el humor era parte
fundamental de su trabajo, si al ponerse a escribir no encontraba que la
historia era lo suficientemente graciosa entonces la desechaba inmediatamente.
Entonces ¿Qué tiene de gracioso Las
Sirenas de Titán? podríamos citar escenas como aquella en que, durante una
borrachera, el protagonista empieza a regalar pozos de petróleo o diálogos como
“a veces pienso que es un error tener materia que pueda pensar y sentir. Se
queja mucho. Pero por otro lado supongo que se puede acusar a montañas y lunas
de ser un poco flemáticos”. Pero incluso
fuera de esos pequeños momentos, el tono de Las
Sirenas de Titan rebosa de sarcasmo y humor negro. Seguramente bajo este
tipo de comedia la tragedia de Edipo es para partirse de la risa (de hecho
estoy de acuerdo, "¡oye Edipo, a que no sabes con quien te casaste!"
y PLOP)
Pero tengo la impresión de que el propósito Vonnegut
al convertir en humor la desgracia es tratar de salvar el alma de la humanidad.
Vonnegut conoció de primera mano la tragedia, para el dia de la madre la suya se
suicido tomando pastillas para dormir la noche anterior. Probablemente la
familia fue a felicitarla pero no la quisieron molestar "dejenla dormir
hasta tarde, se lo merece".
Menos
imaginación se necesita para entender lo que Vonnegut pudo padecer durante la
segunda guerra mundial. Mientras se encontraba prisionero en Dresde se ejecutó
sobre la ciudad un brutal bombardeo que el mismo escritor catalogó como una de
las peores tragedias de la humanidad. La matanza de los campos de concentración
perdía su brutalidad por ser demasiado metódica, los Nazis redujeron a los
Judíos a "cosas", por lo mismo el exterminio se podía reducir a
simplemente seguir ordenes, una banalidad. Pero el bombardeo de la población
civil de Dresde, un apocalípsis salido de la nada, eso debió de ser la esencia misma del caos
Pero la vida de Vonnegut no estuvo exenta de
felicidad, si leen Un Hombre sin Patria,
una suerte de autobiografía, van a encontrar a alguien con una conciencia
tranquila y un tremendo amor por su familia.
Volviendo a la novela, el final
de Las Sirenas de Titán siempre me
saca una lágrima, termina con una muerte, pero es una muerte tranquila, una
muerte que quizás muchos quisieran tener. Vonnegut muestra el horror y cuenta
un chiste, al terminar sus libros la principal moraleja es "la vida es
injusta, pero tu sigue adelante". Ver a Las Sirenas de Titán como un libro pesimista es quedarse con la
primera parte de esa frase, es la mirada de un cobarde. Vonnegut decía que las
mejores historias (Hamlet por ejemplo) nunca indican cuando pasa algo bueno o
cuando pasa algo malo, pareciera que no van a ningún lado, este tipo de
incertidumbre choca con nuestro instinto básico, el hombre necesita alguna certeza
donde depositar su fe.
Si uno delata el horror del mundo lo califican de
amargado, y lo resienten si a pesar de todo el horror uno insiste en que hay
que sonreír y avanzar.
Por otro lado está Clifford Simak, conocido por obras como Un
anillo alrededor del sol o Estacion de Transito (con la que ganó el Hugo el
63). Fue parte de la Golden Age de la Ciencia Ficción norteamericana, se diferencio de muchos en su generación por carecer de formación científica (Asimov
y Clarke eran científicos de profesión), poseedor de un carácter más humanista Simak ejerció el periodismo durante
toda su vida, aunque eso no lo detuvo para producir obras bajo el mismo
positivismo científico de sus colegas. Con “positivismo científico” quiero
referirme a la visión de muchos escritores e intelectuales de la época acerca
de que el progreso tecnológico eventualmente iba a solucionar todos los
problemas materiales del ser humano. Tal visión se derrumba luego de la segunda
gran guerra y la invención de la bomba atómica, sin embargo muchos escritores de ciencia
ficción perseveran con este idealismo (probablemente porque muchos de ellos
eran científicos).
En muchas obras de Simak se presume que el progreso
eventualmente creara una sociedad libre de crímenes y vicios morales, por
supuesto el mayor problema del ser humano es sobrevivir lo suficiente para
llegar allí. Una idea similar es compartida por Steven Pinker, lingüista y psicólogo
cognitivo, en su libro Los Ángeles quellevamos dentro, que sugiere que la tasa de criminalidad y conflictos
bélicos ha disminuido en los últimos siglos. También Simak fue un ardiente
moralista, no muy diferente a Vonnegut, que creía en la dignidad del ser
humano.
Pero entonces llegamos a Ciudad, una obra cuya temática no es muy diferente a otras que escribió, pero si de una complejidad superior. El
libro comienza así: "Estas son las historias que se cuentan los perros,
cuando las llamas arden vivamente y el viento sopla del norte. Entonces la
familia se agrupa junto al hogar, y los cachorros escuchan en silencio". El
tono de la narración es el de una investigación académica sobre la raza humana,
ahora recordada tan solo como criaturas mitológicas que abundan en los relatos y
en el folklor de una nueva civilización canina que nos ha remplazado. Del mundo
de los humanos vienen palabras como "guerra" o "asesinato"
que han perdido su significado tras años de una existencia pacifica (incluso la
idea de matar a otro ser para consumir su carne es obsoleta). La novela empieza
a contar estas "leyendas" que tratan del ocaso de la humanidad,
empezando con la obsolescencia de las ciudades, nuevas formas de viajar hacen
que sea innecesario vivir reunidos en un mismo lugar.
La desaparición de la raza humana sucede a la mitad de
la novela, habiendo alcanzado una sociedad utópica la civilización empieza a
colonizar otros mundos. En lugar de adaptar el ambiente de un determinado
planeta para albergar vida humana se realizan experimentos para adaptar el
cuerpo humano al mundo que se desea colonizar. Pero la operacion parece haberse
retrasado en jupiter, pues ninguno de los voluntarios ha vuelto para
reportarse. Sin embargo Fowler, uno de los colonos, descubre que la razón es
porque las formas de vida jovianas son capaces de experimentar una dicha
eterna. Fowler pasa por el proceso para volver a convertirse en humano (a pesar
de que ningún otro joviano tiene interes en hacerlo) con el objetivo de
compartir su experiencia con el resto de la humanidad.
A pesar de que muchos en la tierra protestan contra la
inminente extinción de la raza humana son millones quienes abandonan su propia
humanidad para emigrar a jupiter. Sin intereses ni ocupaciones los jovianos se
desplazan por las tormentas del cielo de jupiter, la raza humana ya no existe
como tal. El destino de aquellos que deciden quedarse es apagarse de a poco
hasta no ser más que un pie de pagina para la civilización canina.
Ciudad se parece más a Utopía de un hombre que esta
cansado de Borges que a "el planeta de los simios". Su visión del
futuro es útopica e idealista, bajo los estandares actuales es completamente
obsoleta. Pero Simak nunca fue un científico y Ciudad no trata de anticipar o
especular como sera el futuro, más bien es una imagen poética del fin de
nuestros dias.
En Vonnegut el sacrificio de la humanidad tiene
sentido, aunque sea un sentido absurdo y ridiculo, no es diferente a las
tragedias griegas que retratan la lucha de la voluntad humana contra fuerzas
omnipotentes. Simak descarta a la raza humana, el fin llega por la falta de
voluntad, no hay una "voluntad de ser" o un "querer ser",
no hay acciones sino un escapismo absoluto. Como un espejismo la humanidad se
esfuma en el aire.
Allí lo tienen, el relato de Vonnegut se mueve en base
a la esperanza, el de Simak carece de toda esperanza, pués en un mundo utópico
no se necesita de esperanza.