Es una tarea fácil la de leer. Por mucho que se diga que la lectura aviva el seso, la verdad es que una persona que lee no es más avispada que el común de la gente, así como quién sale a caminar no es por tal más saludable. No consigo entender porque una persona que se pasa leyendo novelas va a ser mejor que una que se pasa las tardes en el cine o decide salir a andar en sk8 (por lo menos así se ejercita más que dando vuelta las páginas). Y es que me asombra la avidez con que la gente traga y traga novelas como si fueran hamburguesas, curiosamente nadie se toma el tiempo de releerlas. Me ha tocado oír tanto “¡uf mi mujer/marido es súper buen/a lector/a!”, me pregunto si alguno de esos “súper lectores” ha releído alguno de los libros que consume. Claro, no digo que haya que pasarse la vida leyendo el mismo libro, pero la gente parece creer que una novela es algo que se usa y luego se deshecha.
Tengo una tradición personal, muchas veces recorro los lomos de mis libros (lo cual me toma unos 20 minutos a lo menos… son muchos libros) y pienso en una escena, en un tema o en cualquier cosa que pueda recordar de tal libro. Si absolutamente nada se viene a mi mente entonces tomo el libro y me pongo a leerlo. Algunas veces siento que estoy leyendo un libro nuevo… otras veces empiezo a entender porque no se me venía nada a la cabeza. Lamentablemente este es el caso con Pierrot Mi Amigo de Raymond Quenau.
Raymond Quenau es autor de una novela genial llamada Zazie en el Metro, es hilarante, es provocadora, es vanguardista y es una joda tremenda ¡Olé! Tanto así que la convirtieron en película (dirigida por Louis Malle y parte del Criterion Collection). Lo que daría por haber tenido las pelotas de robarme el libro de la biblioteca de la universidad. Por si fuera poco Queneau fue parte de los fundadores del grupo Oulipo (Taller de Literatura Potencial por sus siglas en francés), cuyos miembros más famosos fueron Georges Perec, Italo Calvino (que militó por poco tiempo) y el mismo Queneau. Calvino es uno de mis escritores favoritos y llegue a Quenau gracias a él, Perec siempre me ha parecido un escritor que consideraba las bromas trabajo serio. Claro, Oulipo tuvo otros miembros… probablemente, no es que me importe mucho
Perec, Calvino y Queneau
Los tres chiflados
Los grupos y las vanguardias interesan más por sus ideas que por sus obras. Las obras literarias son producto del trabajo particular, las ideologías, por otra parte, son grupales. Si Oulipo existió fue porque una comunidad de escritores se puso de acuerdo en que eso de la “inspiración” eran palabrerías y la arbitrariedad surrealista, patrañas. Todo el mundo podía escribir, solo bastaba encontrar el método. ¡Oh y que método! Perec solía decir que un escritor que trabajaba sin reglas simplemente se somete a unas que desconoce, la aversión al método arbitrario del Dadaísmo y Surrealismo hizo que esas sesiones de escritura automática fueran remplazadas por ejercicios de estilo basados en pequeños juegos y fórmulas matemáticas. El más famoso es el S+7, a partir de un texto dado se suplanta cada palabra por la séptima que le sigue en el diccionario. Aquí algunos ejemplos.
Oulipo fue un movimiento que se desprende del Colegio de Patafísica, una institución ficcional organizada por seguidores de Alfred Jarry, escritor francés del sXIX que define la Patafísica como la ciencia de las soluciones imaginarias. En un comienzo Oulipo tenía como integrantes tantp a Matemáticos y profesores de Algebra como a poetas que venían Surrealistas y Dadaístas. El primer esbozo de Oulipo aparece cuando Queneau pública Ejercicios de Estilo en 1947, para los 60 ya Oulipo se convertía en una potencia literaria. Como dije, el grupo se revelaba contra el azar inconsciente de los Surrealistas, el sentido de “autenticidad” e inspiración de los Románticos y la verosimilitud del Realismo (el disparate era un elemento fundamental). Por ejemplo en La Disaparición Perec hace una novela suprimiendo la letra E. Olipo es como “un ratón que crea su propio laberinto y luego trata de salir de él”.
Para ahorrar tiempo (a mí y a quienes son muy perezosos para usar google) aquí hay una buena fuente de información, además recomiendo Zazie en el Metro, Vida Instrucciones de Uso y Si una Noche un Viajero.
Turin ya había pensado poesía en base a algoritmos
Pero claro, él no era francés.
Añádanlo a la lista de cosas por las que no se le dio el crédito
Sin embargo Pierrot Mi Amigo fue publicado en 1942, antes de que siquiera se pensara en Oulipo, de hecho en ese momento Quenau ni siquiera era parte del Colegio de Patafísica, y había roto con los Surrealistas a fines de los años treinta (a causa de su apoyo burgués a la URSS). Pero ¿Dónde se encuentra ubicada esta novela dentro de la obra de Queneau? Bueno primero repasemos la trama:
Pierrot es un tipo cualquiera que empieza a trabajar en un parque de atracciones (el Uni-Park), allí opera en la llamada “Casa de la Risa” donde “ayuda” a entrar a las damas, haciéndolas pasar por encima de una corriente de aire que les levanta la falda. A este espectáculo asisten una masturba de gente a la que apodan como “los filósofos”. El administrador de la “atracción” es el señor Tortose y junto a Pierrot hay otros dos empleados: Paradis y Petit-Pouce (un ex oficial de policía). Durante una de sus horas libres Pierrot conoce a Yvonne, hija del primer matrimonio del dueño del parque, el señor Pradonet y de la cual se enamora. Pierrot convence a Yvonne de abandonar su puesto y se mete en líos con Pradonet, lo que ocasiona que lo echen de su trabajo. Luego Pradonet y Leonie (su actual mujer y la verdadera fuerza detrás del parque) tienen una cena con el nuevo Faquir del Uni-Park, Cruia-Bey, quién resulta ser en verdad el hermano del primer amor de Leonie, quién se presume muerto. Mientras tanto Pierrot vaga por las calles y conoce a un hombre que es el guardian y propietario de una capilla que se ubica en la esquina del Uni-Park (de hecho es la única propiedad dentro del terreno que Pradonet no posee) quién le cuenta la historia de un príncipe Poldavo que murió en ese mismo lugar, el hombre quedo profundamente afectado y acepto la petición de la familia real de mantener ese lugar y cuidar de él, Pradonet tiene la intención de quitarle ese terreno pues quiere hacer del Uni-Park el mayor centro de entretenimiento de todo parís, mientras también el cuidador ve como irrespetuoso tener un centro de diversiones al lado de una tumba. Pierrot se siente curioso por la historia del viejo, lo cual no le impide volver al Uni-Park como ayudante del nuevo faquir (lo cual acaba arruinando, literalmente lo despiden dos veces del mismo lugar).
Más adelante en la trama vemos que el cuidador, gracias a sus contactos, le da a Pierrot un nuevo trabajo en el circo que acaba de mudarse frente al Uni-Park. Su trabajo consiste en acarrear animales del zoológico al centro de animales de un tal Voussois y viceversa. Sus nuevos compañeros de trabajo son Mesagne y Pistolet, el par de primates que debe entregar. Mientras un accidente (aunque se sospecha más bien un atentado) provoca el incendio del Uni-Park¨. Petit Pouce, ahora sin trabajo, es contratado por Leonie para saber cómo murió su primer amor. Al mismo tiempo Paradis trata de conquistar a Yvonne (que parece que le gusta gozar/es más fácil que la tabla del 1 ya ha entregado su corazón a otros empleados) y Pradonet trata de comprar el terreno de la capilla para reconstruir el parque.
Unos buenos candidatos al palacio de la risa
Como decía Eco, Marx me cae bien
porque me tinca que hacia el amor con alegría
La obra parece sencilla, brutalmente simple si es que olvidamos de quién se trata. Queneau siembra aquí su gusto por las formas, de hecho todo el relato parece ser el paraíso de un estructuralista: la relación entre el parque y la tumba del príncipe poldavo, la figura de los filósofos, el cambio de trabajo (y de compañeros) de Pierrot, etc. Y luego el final como una síntesis de los conflictos ideológicos de todas las oposiciones yada, yada. Principalmente la relación entre el parque, un lugar de entretenimiento y depravación, conducido por un tipo que obtuvo su dinero empezando de nada, y la tumba del príncipe poldavo, parte de una tradición que ya ha sido olvidada (hasta el punto que nadie sabe quiénes son los Poldavos), Vida/Muerte, Depravación/Solemnidad, etc.
Un momento particularmente interesante es cuando Pierrot entra a un local en la carretera para comer algo y lleva a sus dos simios, que por supuesto actúan de manera indiscreta, pero no mayor a la de los personajes que asistían al Uni-Park, de hecho uno de los monos le levanta la falda a la mesera. La dualidad está en todas partes, Louise tiene dos amores (su esposo y su primer amante), Pradonet tiene dos esposas, Yvonne tiene dos pretendientes, Pierrot tiene dos trabajos, etc. Aun así Pierrot parece trascender a todo como una figura Budista, completamente inalterable, por supuesto tan solo le es posible llegar a tal estado luego de pasar por un intenso momento de búsqueda. Para mayor placer el Epilogo está hecho para parecer ambiguo y dejar que el lector conecte los puntos (los cuales hay varios, incluso el más despistado puede entenderlos). La última frase del libro completa la transfiguración de Pierrot: “Al llegar a la esquina se detuvo. Rompió a reir”
Mi estado Zen favorito.
Con tantas pistas mezcladas con asuntos sin importancia me puse a revisar fuentes para entender la novela. Llegué al libro de Pierre Macherey ¿En qué Piensa la Literatura? una muy buena lectura para entender el lazo que une a la Literatura con la Filosofía, la manera en que los escritores usan sus obras para abordar diferentes reflexiones filosóficas ligadas a las abordadas por Kant o Hegel. Toda una sección del libro está dedicada a Queneau y en particular a su relación con la filosofía, además de un apartado que analiza en profundidad Pierrot Mi Amigo.
La relación de Queneau con la filosofía pasa por su indagación de las ideas de Hegel a través de Alexandre Kojeve, un ruso exiliado que transmitía las ideas de Hegel a una clase privilegiada sobre Fenomenología del Espíritu de Hegel donde, además de Quenau, también figuraba Georges Bataille (eminente intelectual y escritor francés) y Jaques Lacan (famoso por su teoría ridícula sobre el psicoanálisis). Qeneau se encargó personalmente de transmitir las ideas de Kojeve sobre Hegel mientras trabajaba como traductor en la editorial Gallimard y Kojeve se atrevió a lanzar un artículo crítico donde examinaba las ideas filosóficas de Pierrot Mon Ami (1942), Lejos de Rueil (1944) y El Domingo de la Vida (1951).
Les presento a Kojev
Sep, ese es un cuervo sobre su hombro
Una de las enseñanzas que impartía Kojeve sobre la diferencia entre la sabiduría y la filosofía, esta por su misma naturaleza de indagación siempre esta frustrada e insatisfecha, la sabiduría consiste en la plena satisfacción, algo así como el conocimiento de sí mismo impartido por Sócrates y el abandono del Deseo como dice Buda. El Sabio ya “sabe” lo suficiente. Los vouyeurs que asisten al Palacio de la Risa son tipos que nunca están satisfechos y por su propia naturaleza siempre están “intentando” tener una mejor vista de la ropa interior pantsu de las chicas que pasan por la atracción pero nunca pueden llegar a satisfacer su deseo sexual. El mismo Kojeve decía “los filósofos no me interesan busco a los sabios”, y Pierrot ciertamente lo es, en especial con su transformación final en una especie de Diogenes Laercio
El mismo final de la novela, donde pareciera que ni el Eros (Uni-Park) ni el Thanatos (tumba del príncipe) llegan a triunfar el uno sobre el otro y la naturaleza triunfa artificialmente, puede ser vista como la idea de Hegel sobre el fin de la historia según Macherey. Yo me imagino que la lucha del Eros y el Thanatos da para un sinfín de interpretaciones, pero “el fin de la historia” era un tema sobre el cual Kojeve se detenía especialmente al hacer su curso sobre Fenomenología del Espíritu y que debió cautivar a Queneau. Yo discrepo, no quisiera arruinar el final (lo cual me impide hacer un analizis completo de la obra) pero el asunto es que el triunfo de la naturaleza en la novela esta mediado por el hombre en un entorno artificial, no se puede hablar de un retorno a la naturaleza reunificada y pacificada. Claro que yo no he leído a Kojeve ni soy un experto en Hegel.
Y he allí mi problema con el libro, la alegoría. La alegoría es una forma en que la literatura puede hablar de algo más de sí misma, puede ir más allá. Una historia simple y aburrida puede ser en realidad una alegoría de algo maravilloso y profundo… sin dejar de ser simple y aburrida. Bueno Pierrot Mi Amigo es una buena novela, pero depende en gran parte de saber decodificarla. Otras novelas de Queneau son más claras, pero no por eso menos inteligentes. Mi problema personal con las alegorías me impide retener esta novela en mi cabeza, un juicio sumamente subjetivo pero también sometido a hechos empíricos.
Lo que más me molesta es el elitismo con que funcionan las alegorías. Una obra literaria debiera ser clara, Don Quijote representa la valentía y el honor en sí mismo. Si se quisiera ver al Quijote como una parodia de las novelas de Caballerías no hay más que compararla con las obras del género y queda todo claro. No hay trucos, solo lectura atenta. Las alegorías que usan un marco teórico excesivo suelen ser una forma de presumir el bagaje intelectual del crítico que se preocupa más de dar una interpretación que lo glorifique a él y no a la obra. Ahora Don Quijote representa el ímpetu Freudiano de no sé qué cosa. Ahora, entiendo que lo único que se necesita para descifrar Mi Amigo Pierrot es un conocimiento sobre Kojeve, eso da pie para matar a cualquier crítico sabelotodo.
[Mis referentes respecto a esto son Susan Sontag en Contra de la Interpretación y Umberto Eco en Limites de la Interpretación. Tengo entendido que Paul de Man tiene un ensayo donde analiza la alegoría y el símbolo según conceptos Hegelianos, y quizás eso me ayudaría a quitarme esta molestia de encima)
Mi punto precisamente
Aunque no es malo darle un vuelco
a algo tan genérico como los zombies
Bueno, de todas maneras recomendaría alguna otra novela de Queneau o quizás Pierrot Mi Amigo simplemente no estaba dirigida a mí, por lo menos no todavía (quizás en el futuro). Pero mentiría si digo que no la disfrute, el Uni-Park y la Tumba del Principe Poldavo están seguros en mi memoria, simplemente no es la mejor novela de Queneau. Es difícil leer a un escritor que ha dejado la vara muy arriba, incluso para él mismo. Pero háganse un favor y denle una oportunidad a Queneau, vayan por alguna novela menos seria, menos sutil, por algo que realmente sea “over the top”. Cuando Queneau alza sus alas llega a grandes altura, y eso que vuela de cabeza.
"Acodado muy a gusto, Pierrot pensaba en la muerte de Luis XVI, lo que quiere decir nada preciso en particular; no había en su cabeza sino un vaho mental, ligero y casi luminoso como la bruma de una hermosa mañana de invierno, sino un vuelo de mosquitas anónimas. Los autos se hostiaban con energía, los troles crepitaban contra el hilo metálico, había mujeres que gritaban, y, más allá, en todo el resto del Uni-Park, había un rumor de multitud que se divierte, un clamor de charlatanes y farsantes que convierte y un fragor de objetos que se invierten. Pierrot no tenía ninguna idea especial sobre la moralidad pública ni el porvenir de la civilización. Nunca le habían dicho que fuera inteligente. Le habían repetido más bien que se conducía como un zopenco o que tenía analogías con la luyna. En todo caso, aquí, ahora, estaba feliz y contento, vagamente. Por lo demás, entre las mosquitas, había una mayor que las otras y más insistente. Pierrot tenía un oficio, al menos por esta temporada. En octubre, ya vería. De momento, tenía un tercio de año ante él zumbando con los cuartos de su paga. Había motivo para que estuviera feliz y contento quien, como él, tenía un conocimiento permanente de los días inciertos, las semanas poco probables y los meses muy deficientes. El ojo a la virulé le dolía un poco, pero, ¿acaso ha impedido el sufrimiento físico alguna vez la felicidad?"
No hay comentarios:
Publicar un comentario